Las
manifestaciones de la religiosidad popular en la República Dominicana son tan
variadas como las raíces culturales de nuestro país. Lo africano, lo
europeo y lo indígena se funden en un todo abarcador conformando un portal de
comunicación con los espíritus ancestrales de tan variadas tradiciones
culturales.
La misma expresión de la dominicanidad es un resultado de este crisol racial y cultural donde atabales, rezos, y danzas dan vida y forma a nuestro folclor, tomando cuerpo en diversas partes del país y entre distintos grupos de personas.
Las formas clásicas de la religiosidad popular son las diferentes formas de devoción vinculadas a los santuarios (sobre todo las peregrinaciones), las fiestas patronales, las procesiones, las diversas formas de culto a los santos, las bendiciones, las variadas manifestaciones de culto y de folclor religioso (que a menudo, como es sabido, constituyen hechos palpables de cultos paganos, a veces disfrazadas muy superficialmente de ingredientes cristianos).
La misma expresión de la dominicanidad es un resultado de este crisol racial y cultural donde atabales, rezos, y danzas dan vida y forma a nuestro folclor, tomando cuerpo en diversas partes del país y entre distintos grupos de personas.
Las formas clásicas de la religiosidad popular son las diferentes formas de devoción vinculadas a los santuarios (sobre todo las peregrinaciones), las fiestas patronales, las procesiones, las diversas formas de culto a los santos, las bendiciones, las variadas manifestaciones de culto y de folclor religioso (que a menudo, como es sabido, constituyen hechos palpables de cultos paganos, a veces disfrazadas muy superficialmente de ingredientes cristianos).
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